jueves, 28 de febrero de 2008

Donde las dan las toman

AYUNTAMIENTO DE GALAPAGAR. PLENO/PANTOMIMA DEL 27 DE FEBRERO.

Pasada la medianoche, ya en 28 de Febrero, Carmen Toledano daba por concluido el pleno sin tratar el último punto del día: el registro de la recepción de la calle Molino de La Navata.

Tras seis horas de espera los vecinos que han soportado la estudiada coreografía política desplegada por el equipo de gobierno, todos a una como bailarinas de music-hall, han visto como se venga el poder con la aquiescencia ensayada de sus acólitos. Bien por ellos, así es el juego de la política.

Pero los políticos olvidan que más que personas son productos, marcas, y una vez que defraudan pierden toda su credibilidad. Y ya no hay cambio de nombre, diseño de envase, siglas o coalición que los levante. Allá ellos con su moral de conveniencia.

Hace 149 años, el 28 de Febrero de 1859, Benjamin Disraeli espetaba en su discurso a la Cámara de los Comunes: "Finalidad no es el lenguaje de la política". Y qué poco han cambiado las cosas.

A la salida del plomo, perdón, del pleno, la indignación de los vecinos del Jaral era patente en los abucheos que recibió el equipo de gobierno en pleno.

Se extrañaba el ex-alcalde, Sr. Cabrera, de esta actitud tan exaltada a estas alturas del problema. ¡Pero si es muy fácil de entender! Incluso para un alcalde o alcaldesa ajenos a estas menudencias que son los problemas de la calle.

Tras 12 años de pagar millones de pesetas por defendernos en los tribunales, de cargar con las consecuencias de la inoperancia y los tratos de favor de este ayuntamiento (con minúscula y léase, por favor la acepción más antigua de la palabra), de resentirnos personal, profesional y económicamente ante esta desigual batalla, estamos hartos y airados.

Cansados de oír que el concejal de urbanizaciones, ante el encogimiento de hombros de sus coaligados, les diga a sus vecinos que si votan aprobar un contencioso contra el Ayuntamiento, la consecuencia será que nosotros acabaremos pagando su peaje.

Tengan cuidado señores, pues como decía también Disraeli "un precedente embalsama un principio". A ver si les van a crecer los contenciosos como setas.

Mendacidad, coacción, coerción, extorsión. Dicen que cada pueblo tiene los políticos que se merece.

Y también que las revoluciones son su mecanismo corrector.

martes, 26 de febrero de 2008

Trastorno de personalidad política bipolar

EL EXTRAÑO CASO DE DON ANTONIO RODRÍGUEZ

¿Esquizofrenia, cohecho, megalomanía tal vez?
¿Qué empuja a un Concejal de Urbanizaciones a decir a unos vecinos "NO VAIS A PASAR POR MI CALLE PARA IR A VUESTRAS CASAS" en pleno salón de plenos?

Curioso caso el de Antonio Rodríguez, Concejal de Urbanizaciones por el PVG en el Ayuntamiento de Galapagar y Vicepresidente de la urbanización Molino de La Navata.

Por las mañanas se reúne con el abogado del Ayuntamiento para tratar de la estrategia de defensa ante un contencioso que ÉL MISMO le ha puesto y por las tardes se reúne con el abogado de la citada urbanización y acuerdan meter otro contencioso al Ayuntamiento para ir más sobrados en sus propósitos.

Y lo que más sorprende
..., a casi todo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Galapagar esta paradoja no le parece mal, sino de lo más normal. "¿Cómo le van a pedir al Concejal que cambie de domicilio?", se preguntan. ¿Y qué tal pedirle que se inhiba? O que reconozca que la calle es pública y que los vecinos del Jaral de La Navata no tienen la culpa de que el Ayuntamiento considerara pública la calle y diera la licencia para construir sus casas.

¡Ah! Lo que atan y maniatan los compromisos en las coaliciones de gobierno. Es cuando menos inaudito ver a un partido de izquierda defendiendo el capital privado de cuatro gestores frente a un derecho público que afecta a 24 familias.

Si Jaime Vera levantara la cabeza, lo mismo se afiliaba al PP.

lunes, 25 de febrero de 2008

Crispación políticamente incorrecta


MANIFESTACIÓN EN LA FUNDACIÓN JAIME VERA.
Sábado, 23 de febrero de 2008

Empezábamos a manifestarnos frente al Ayuntamiento de Galapagar cuando nos enteramos del evento al que asistía la alcaldesa Carmen Toledano. Y para allá fuimos, a manifestarnos frente a su puerta simbolizando lo que supone el que interfieran en el paso a tu vivienda.

Bajo una pancarta que servía de arco de entrada al recinto, parábamos a los coches que acudían al acto para informarles de nuestra situación, esperando mayor comprensión que la demostrada por el equipo de gobierno.

Muchas de las personas afines al PSOE allí reunidas se lo tomaron muy mal. Lejos de comprender nuestro problema o reconocer nuestro derecho a manifestarnos allí donde se nos puede ver más y mejor, nos increparon.

El encargado de la barbacoa, persona vinculada al ayuntamiento y conocedor de nuestro problema nos llamó "fascistas" (sin pensar que entre nosotros había bastantes votantes del PSOE).

Carmen Toledano salió del recinto, más no para reconsiderar su postura y ofrecernos una solución, sino para atender y acompañar a sus invitados escoltada por sus allegados quienes "disimuladamente", a empujones creaban un "cordón de seguridad" para franquearles la entrada.

Tan amenazadoras les debimos resultar las 35 personas (11 de ellas niños) que estábamos allí, que solicitaron la presencia de 3 dotaciones de la Policía Local y una pareja de la Guardia Civil, además del personal de seguridad del Centro quien no tuvo que hacer ningún esfuerzo para impedirnos la entrada.

Por si acaso, también nos fotografiaron, como se hacía en las manifestaciones de los años 70, digo yo que para tenernos "fichados".

Se permitieron gritarnos que nadie nos impide el acceso a nuestras casas, olvidando que lo hace una sentencia firme y una denuncia puesta por los representantes de la urbanización Molino de La Navata que busca amedrentarnos con las multas pertinentes por no plegarnos a su "peaje".

Pero lo más triste de todo fue ver y escuchar las burlas e imprecaciones que los niños asistentes al acto,
protegidos por la valla del recinto, hacían a mi hijo de 7 años. ¿Sus padres no les han enseñado lo que es manifestarse en favor de sus derechos?, ¿no les han dicho que una democracia es el derecho a defender que el otro exprese sus opiniones, aunque ellos no las compartan? ¿tratan así también a los huelguistas de RENFE, de la EMT, de la limpieza del Metro?

No hubo violencia, solo consignas, ruegos y pancartas por encima de una valla y, es cierto, alguna ajustada maniobra de los invitados para pasar con su coche bajo nuestra pancarta. La fuerte presencia policial (1 agente por cada 2 adultos y 1 niño) aseguró lo que no hacía falta: el tranquilo acceso al recinto.

Al final ellos disfrutaron de su barbacoa y
nosotros lejos de poner en evidencia nuestro desamparo, me temo, alimentamos aún más su crispación política pre-electoral con nuestra reclamación. Quizá les fastidiamos un poco el aperitivo, pero es que, a algunos, parece que la democracia se les atraganta.