El Molino recurrió, como era de esperar.
La buena noticia es que, impugnados los honorarios desorbitados de su letrado que se nos condenaba a pagar, El Molino acepta nuestras alegaciones y la reducción de esos honorarios; además solicitan la no condena en costas a ninguna de las partes (veremos que decide la Audiencia).
La noticia menos buena, que apelan contra el auto de archivo de la ejecución y por lo tanto, la Audiencia Provincial ha de volver a pronunciarse sobre el asunto. A la tercera...
Sin embargo, el recurso no tiene efectos suspensivos, con lo que hasta que se pronuncie la Audiencia, el auto dictado mantiene su vigencia: el vial es público y todos tenemos paso.
Mientras tanto, Sres. Remacha y Rodríguez, la barrera sigue colocada, el cartel de "calle privada" pende de un poste y no se ha colocado la señal de "calle sin salida".
Permanezcan atentos a su receptor. En breve otro apasionante capítulo de este increíble serial.
martes, 20 de mayo de 2008
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