¿Recuerdan la película? Don Molino de La Navata es conocido en el barrio por su contumacia y terquedad. Es tan de ideas fijas que no parará hasta conseguir todo aquello que se propone, aunque sea pasando por encima de los derechos más fundamentales y gastando el dinero de sus convecinos y de paso el de los españoles en sus pendencias (más de toga que) de capa, espada... y bolsa oculta entre los pliegues (no olvidemos que lo que exigen es su derecho a poner un impuesto arbitrario al paso hacia nuestras viviendas).
Ahora Don Molino acomete de nuevo a los molinos del Ayuntamiento, contencioso en mano, no satisfecho con las anteriores resoluciones judiciales (que no le dieron la razón).
Y es que, qué poco cuesta disparar con pólvora del Rey.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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